domingo, 1 de marzo de 2015

La leyenda del Marcillo, de Isabela Stefanut

Marcillo

Erase una vez un tiempo cuando el Sol, encarnado en un joven apuesto, solía bajar a la tierra para bailar en las danzas del pueblo. Cuando se conoció el nuevo placer  del Sol, un dragón lo persiguió y, durante una de esas incursiones a la tierra, lo secuestró y lo encerró en una mazmorra de su castillo.
Los pájaros dejaron de cantar y los niños ya no podían reír, pero nadie se atrevía a enfrentarse al dragón.
Campanillas de las nieves
Un joven valiente decidió un día bajar a las mazmorras para salvar al Sol. La mayoría de la gente lo acompañó, dándole parte de su fuerza para que pudiera vencer al poderoso dragón.
Su viaje duró tres estaciones: verano, otoño e invierno. Al final del invierno, el joven consiguió encontrar el castillo del dragón donde estaba encerrado el Sol. Y empezó una lucha que duró días hasta que el dragón fue vencido.
Herido y sin fuerzas, el joven liberó el Sol y consiguió así devolver la alegría a todos aquellos que habían puesto sus esperanzas en él. La naturaleza resucitó, la gente volvió a sonreír, solo el joven no pudo ver la llegada de la primavera. La sangre caliente manaba de sus heridas y caía sobre la nieve.
Mientras la nieve se derretía, flores blancas llamadas campanillas de las nieves, mensajeros de la primavera, surgían del barbecho. Cuando la última gota de su sangre cayó sobre la nieve inmaculada, el joven murió feliz de haber sacrificado su vida por un ideal  tan noble.
Desde entonces la gente acostumbra a entrelazar dos flecos de lana: uno blanco y otro rojo. A principios de marzo, los hombres ofrecen este amuleto, llamado marcillo, a las muchachas que quieren.
El rojo representa el amor por todo lo bello y sigue simbolizando la sangre del joven valiente. El blanco representa pureza, salud y la campanilla de las nieves, la primera flor que aparece en primavera.


El significado literal de marcillo (mărţişor) es “pequeño marzo”, un marzo chiquitín que llevamos en el pecho para que el invierno sea olvidado y que empiece el nuevo año.

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