Recuerdos
de la infancia
Dedicación a la señorita L.M.
Me quedo a veces
recordando cómo eran los tiempos y la gente por nuestras tierras cuando empecé a
levantarme, ya ves tú, un crío en casa de mis padres, en el pueblo de
Humulesti, al otro lado del río Neamt justo enfrente de la ciudad; pueblo
grande y alegre, dividido en tres partes que son todas una: el Hogar del
pueblo, Deleni y Bejeni.
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La casa de Ion Creanga en el pueblo de Humulesti |
Pues, en esos
tiempos, Humulesti no era así como así, un pueblo de gente sin caudal, sino un
antiguo pueblo de campesinos libres, asentado como Dios manda: con hacendados
todos uno, con mozos fuertes y muchachas guapas que sabían llevar tanto el
baile como la rueca hasta que se llenaba el pueblo entero del ruido de los
batanes; con iglesia hermosa y curas y maestros y gentes sin par que hacían el
orgullo de su pueblo.
Y el padre Ioan
el de la cuesta, ¡qué hombre más trabajador y justo, por Dios! A él se le
debían mogollón de árboles del cementerio vallado con cerco de troncos con
techumbre de madera, y el barracón duradero que se hizo en la puerta de la
iglesia para servir de escuela; que luego tenías que ver cómo el incansable
cura recorría el pueblo casa por casa, junto con tío Vasile el de la Ilioaia,
maestro y sacristán, un soltero fornido, guapo y forzudo, y aconsejaba a la
gente que mandara a sus hijos a estudiar. Y se juntaron multitud de niños y
niñas en la escuela, entre los que estaba yo, un niño canijo, miedoso y
temeroso hasta de mi propia sombra.
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El Caballo Bayo |
La primera
alumna fue Smarandita misma, la hija del cura[1], un
diablillo de inteligencia viva y tan trabajadora que se les adelantaba a casi
todos los chicos tanto en estudiar como en
hacer travesuras. Pero el cura pasaba por la escuela casi todos los días y veía
cómo iban las cosas… Y un día nos lo encontramos que viene a la escuela y nos
trae una silla nueva y alargada, y después de preguntarle al maestro por el
comportamiento de cada uno, se paró un rato a pensar, luego le puso a la silla
el nombre de “Caballo Bayo” y nos la dejó allí.
Otro día lo
vemos otra vez llegando a la escuela, junto con el hermano Fotea, el curtidor,
que nos trae como regalo de escuela nueva un látigo de los lindos, hecho de tiras
cuidadosamente trenzadas, y el párroco lo bautiza “San Nicolás”, por el patrón
de la iglesia de Humulesti…Luego invita al hermano Fotea que, si alguna vez le
sobraran tiras buenas, nos hiciera de vez en cuando alguno más, pero un poquito
más grueso si podía ser… Tío Vasile sonrió entonces, mas nosotros, los alumnos,
nos estábamos mirando con ojos saltones los unos a los otros. Y el párroco sacó
ley nueva y dijo que se repasaran todos los sábados los chicos y las chicas,
eso era que el maestro preguntara a cada uno lo que había estudiado entre
semana; y que se le anotaran con carbón todos los errores en algo, luego al
final, que se le diera un azotazo de San Nicolás por cada error. Entonces la
hijita del párroco, como era ella alegre y llena de vida, se echó a reír.
¡Fallo suyo, la pobre!
- ¡Ven aquí y
monta en el Bayo, señorita! dijo el padre malhumorado, a ver si estrenamos a
San Nicolás colgado del gancho.
Contra todas las
insistencias del hermano Fotea y del tío Vasile, Smarandita se tragó la zurra,
luego se cubrió los ojos con las manos y se quedó llorando como una novia el
día de su boda que le brincaba la camisa en la espalda. Nosotros, cuando vimos
todo eso, nos quedamos de piedra. Y el cura, más de un día nos vino trayendo
panecillos y bollos de la iglesia y nos dio a cada uno, hasta que nos apaciguó,
y el trabajo iba como la seda; los chicos cambiaban todos los días la pizarra,
y el sábado repaso.
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Matando moscas en el cementerio |
Claro está que
de cuando
en cuando nosotros seguíamos haciendo de las nuestras; porque del palo donde estaba
colgada la hoja con la cruz y de las letras escritas por el tío Vasile para
cada uno de nosotros pasamos al librillo, y del librillo al catecismo, y luego
¡a vivir la vida! En ausencia del párroco y del maestro entrábamos en el
cementerio, sujetábamos el catecismo abierto y, como las hojas estaban algo
grasientas, atraían las mosca y los moscardones y cuando volvíamos a cerrar el
catecismo nos llevábamos para adelante diez o veinte almas de golpe; ¡hacíamos estragos
entre las moscas! Un día no sé por qué se le antojó al cura mirar nuestros
catecismos y, cuando los vio ensangrentados como estaban se llevó las manos a
la cabeza de enojo. Y cuando se entera de las razones empieza a invitarnos uno
a uno al Bayo y a acariciarnos con el santo jerarca Nicolás por los
sufrimientos de las bienaventuradas moscas y de los bienaventurados moscardones
mártires por nuestra culpa.
Mihaela as dori sa discutam putin. Sunt ghid de turism engleza-spaniola am impreuna cu un prieten o agentie de turism in Brasov. Suntem de peste 10 ani pe piata. Facem tururi private si multe alte lucruri frumoase. Lucram, dsigur si cu spanioli. De fiecare data in ultimii 4 ani hai 5 de cand lucram cu ei m-am izbit de doua intrebari: Unde gasim literatura romana tradusa in spaniola si a doua unde gasim ghiduri ale romaniei in spaniola? Pe a doua am rezolvat-o eu scriind variantele de spaniola la un ghid al Romaniei si O brosurica despre Ttransilvania. Ghidul e la corectat, brosurica e pe cale sa fie publicate ca si e-book asa cum sunt toate celelalte. La problema cu literatura pana am gasit blogul tau nu am gasit rezultat. Eu, agencia noastra are un blog unde am inceput in ultima vreme sa scriu mai multe in incercarea de a populariza si afacerea noastra dar si Romania, pentru spanioli. Ma apucasem sa scriu despre cultura romana si am gasit din noroc blogul tau cu amintirile traduse inspaniola ! Superb. Vreau sa-ti cer permisiunea sa iau link-urile de la ce ai tradus tu aici si sa le pun la mine pe blog ca lumea sa poata citi ce ai scris si, te-as ruga ca sa ne fie mai usor amandurora, sa iei legatura cu www.edigitala.ro si sa iti publici tot ce ai tradus aici ca si e-book. Castigi si niste bani si e mai suor sa poopularizam iteratura romana pentru spanioli. Ce zici ? Astept raspunsul tau la nicumarius.marin@gmail.com
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