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Las piedras de la vieja Dochia en las montañas de Bucegi |
Odochea era una abuela bastante fea y vieja, algo encorvada
de espaldas. La llamaban Dochia y Doca. En ese entonces hizo mucho frío. Y como
tenía frío, se puso pelliza tras pelliza hasta que llegó a llevar encima doce
pellizas. Hacía frío y estaban en marzo, cuando son los días de Dochia. Es
cuando llueve, nieva, sopla el viento que te penetra hasta los huesos.
… Y la abuela subía en la montaña llevando las pellizas.
Cuando llego más arriba, mandó Dios un gran calor que la vieja ya no podía
aguantar con tantas pellizas encima. ¿Qué iba a hacer? Empezó a quitárselas una
a una. Se quitó una y ésa se transformó en pedrusco. Se quitó la segunda y
también se transformó en pedrusco. Hasta que se las quitó todas. Y subía la
abuela, siempre subía con sus cabras. Cuando llegó a la cima de la montaña,
mandó Dios un frío gélido que se heló la vieja con sus cabras y todo y se
hicieron pedruscos, y todavía se les ve la forma incluso hoy en día. Y dicen
que también salió allí una fuente de la Santa Odochia.
Leyenda tradicional de
la región de Maramures publicada por Pamfil Biltiu en su libro Izvorul fermecat (La fuente encantada) en 1999.
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